El concurso consistía en reinterpretar y combinar entre ellas 100 piezas que forman la mecánica y la carrocería de los coches Citroën, transformándolas en objetos de la vida cotidiana. Los autores de los proyectos han propuesto ideas evolutivas, innovadoras y caracterizadas por un gran impacto visual.
Entre los proyectos finalistas expuestos en el salón milanés, se encuentran un prototipo realizado por el diseñador español Oriol Barri. El joven creador barcelonés, especializado en interiorismo, presentó un original asiento que toma como base la aleta delantera de un C2.

Con el vidrio reciclado de los coches, el italiano Valerio Stramaccioni, ha realizado el prototipo que ha obtenido el tercer premio, el ç-paré, una mampara multicolor separadora de ambientes.

El primer premio del certamen, dotado de 10.000 €, ha sido otorgado al proyecto búlgaro denominado Citroën Sledge de Ognyan Bozhilov, en el que se han utilizado los asientos traseros del C4 Picasso y las puertas del C3 Pluriel para construir un original trineo.